"Bienvenido al club de los no cualificados” le escuché decir a alguien hace unos días, una frase y unas palabras que marcaron mi corazón y me ayudaron a escribir esta entrada que desde hace varios meses quería compartir.
Hoy en día el empoderamiento y el liderazgo femenino ha tomado fuerza; las charlas motivacionales sobre el propósito de cada mujer y lo cualificada o aceptada que debes ser en cualquier área de la sociedad son tendencia en las redes sociales y en todas las políticas culturales, profesionales y educativas del mundo; de hecho, en mis cuentas sigo a varias valientes que me inspiran y con quienes me he identificado mucho.
Sin embargo, esta entrada no la hago con el fin de hacer parte de este movimiento femenino ni de esta tendencia, la escribo porque algo muy profundo confrontó mis temores e inseguridades, al aprender de varias mujeres que en su época revolucionaron la cultura, la religión, la política y la tradición con hechos; mujeres a las que nunca se les habló de su valor y que no fueron respetadas, mujeres que por el contexto socio-cultural en el que vivían no podían aprender a leer ni a escribir, que pasaron años escondidas y rechazadas… mujeres que solo con un acto de valentía y fe violenta, arrebataron su libertad emocional y espiritual al aceptar los desafíos de aquél a quien no le importó que delante de la gente no estuvieran cualificadas.
Y si tu piensas que no eres apta, competente o idónea quiero que las mires a ellas…
-La samaritana que había tenido cinco maridos: Gracias al testimonió que ella contó, su pueblo se acercó y creyó en Jesús. Pasó de ser rechazada a ser escuchada.
- Sara, una mujer que no podía tener hijos: Se convirtió en la madre de una promesa de Dios y a su vez fue madre de naciones. En esa época la mujer estéril era desaprobada. Pasó de ser indigna a ser reconocida por sus generaciones.
-Rut, una mujer viuda y pagana: Gracias a su bondad y sabiduría al entender los propósitos de Dios fue un instrumentó para darle consuelo a Noemí. Por esto, llegó a ser esposa de uno de los hombres más poderosos y a ser parte de la línea generacional de la que años después nació Jesús. Pasó de ser una viuda pobre a ser reconocida y llena de riquezas.
-Rajab, una mujer prostituta: Sacrificó su propia nación y escondió a los espías para que pudieran llegar a Josué. Pasó de ser desechada a ser relevante para cumplir el propósito de Dios.
¿Y ahora, cuál es tu excusa?
A todas estas mujeres les bastó una decisión; decisión que las llevó a un cambio: se atrevieron a emprender algo nuevo y a no quedarse en la silla del juzgamiento, ¿acaso crees que no eres diga de brillar? En ocasiones es más importante estar dispuesta que estar preparada, porque hay muchos preparados que se levantan día a día sin sueños y propósitos que cumplir.
Mujer, si para algunos no estás cualificada, entonces eres escogida para marcar la diferencia y salir de lo normal, del estándar y de lo casual. Recuerda que no eres una marca de ropa, un título, un apellido, un apodo, ni un cliché.
Suficiente de la banca o banquillo, ahora aprende a disfrutar del banquete.