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  • Writer's pictureMis manos

Pódate.

Updated: Jan 20, 2020

Soy de las que cree firmemente que todo lo que existe fue hecho por la palabra; la luz, la oscuridad, el cielo, la tierra, el ser humano, los animales, la naturaleza y el universo. Por esta razón, también creo que en la palabra de todo ser humano hay un poder innegable para crear pero también para destruir, para alentar o para envenenar, para convertirnos en sabios o en necios, para dar una respuesta oportuna o para revelar secretos y convertirlos en chisme, para aconsejar y edificar.


¿Por qué comienzo esta entrada hablando de la palabra?

Porque por causa de ella, muchos de nosotros en ocasiones, hemos destruido la esencia de nuestra vida aquí en la tierra llamada PROPÓSITO.


¿De dónde surgen estas palabras?

A través de mi proceso de sanidad de la estima, he aprendido y sigo aprendiendo, que muchas cosas que digo y opino sobre mi, son conceptos que primero han sido formados y creídos en mi corazón, por esto, cuando leí que “de la abundancia del corazón, habla la boca” me di cuenta que antes de cambiar el léxico y repetir todo el día palabras positivas que me “empoderaran” o realizar una rutina motivacional mirándome todos los días al espejo y diciéndome como quería verme, necesitaba con urgencia un cambio interior.


La sabia naturaleza nos enseña que si un jardinero o agricultor no poda debidamente sus plantas, estas no darán buenos frutos, por esto se deben arrancar y eliminar ciertas ramificaciones para lograr un desarrollo más fuerte de la planta; lo mismo sucede con nuestra vida. Si lo que deseamos es llegar al punto en que nuestras palabras (frutos) de verdad ejerzan un poder sobre nuestra seguridad, autoestima, potencial, sueños, madurez y belleza, debemos podar todas esas frustraciones, heridas, culturas, ideas, estándares, etiquetas y palabras que están en la raíz de nuestro corazón, de lo contrario todos esos esfuerzos motivacionales serán como esas hojas débiles que con cualquier viento se caen.


¿Cómo podamos?

1. Perdónate: nadie nace sabiendo hacer las cosas, el perdón no es algo que se logra de la noche a la mañana, sino que se aprende y se experimenta. Perdonarse es demasiado importante, muchas veces somos nosotros mismos los que causamos rechazo en nuestras vidas porque quizá no nos sentimos suficientes, no aprobamos una nota, no pasamos una entrevista, no tenemos la vida y el cuerpo de otras personas, porque nos equivocamos, sentimos que no encajamos, entre otra cantidad de situaciones que se convirtieron en un foco de autoculpa. Debemos aprender que este tipo de circunstancias no son malas, ni nos convierten en peores personas, hacen parte de la vida, nos hacen ser más humanos y nos ayudan a descubrir nuestras habilidades.

2. Identifica tus emociones: las emociones hacen parte del diseño perfecto del ser humano, están ubicadas en nuestra alma, nos ayudan a relacionarnos con el mundo, es un recurso necesario para desarrollarnos como personas, aprendiendo a usarlas correctamente y fortaleciendo nuestra inteligencia emocional. Muchas veces al no saber qué hacer con las emociones, estas usan los procesos de la vida para convertirlos en tristeza, doble ánimo e influir en la forma de vernos y de tratarnos.

3. Olvida lo “instantáneo” y disfruta del proceso: Somos una generación del “ya” y de lo rápido; hemos eliminado la palabra proceso, olvidando lo necesarios que son en cada etapa de nuestra vida, pues nos ayudan a renovar la mente y a que los dos puntos anteriores se cumplan sin ningún tipo de afán o comparación. Querido lector@, si otros tardan más o menos que tu en sus procesos, eso no quiere decir que lo tuyo esté mal, simplemente todos somos diferentes.

4. Enfócate en lo que ERES: los seres humanos hemos aprendido a basar nuestra identidad en lo QUE NO SOMOS y por esta razón, no entendemos el por qué ni el para qué de nuestra existencia; vivimos definiéndonos de la siguiente manera: no soy profesional, no soy bonita, no soy flaca, no soy inteligente, no soy como ,no soy lo suficientemente …. Como para … Aunque tu pasado o tu situación actual te presente barreras, tu identidad no se construye con base en ellas; eres y serás esa persona que construyas desde tu interior y que determines moldear y formar; empezarás a hacer todo con pasión, porque “la mejor manera de HACER es SER” (Lao Tsé)


Nuestras palabras y lo que somos exteriormente, son el resultado de lo que no se ve; de esas luchas, victorias, fracasos, pasos, caminos, caídas y levantadas que solo nosotros conocemos.

No estoy en contra de afirmarmos con palabras que nos recuerden quiénes somos y cómo nos vemos, pero todo lo anterior será efectivo siempre y cuando nuestro interior también se encuentre alineado a todas esas declaraciones, y en mi experiencia personal, a vernos como Dios nos ve; recuerda que ÉL no solo ve la raíz cortada, la planta o el fruto, ÉL ve el jardín completo.


Te bendigo y espero que tus palabras sean el fruto espiritual y emocional que potencialicen el SER humano maravilloso, único y valiente que está en ti.


PD: Este es solo un breve resumen escrito de mi experiencia. Hay muchos más aspectos que cada quien de forma personal e intima vive, soporta o acepta, pero si te identificas en algo conmigo y quieres compartir tu proceso estaría encantada de leerte ¡Escríbeme!

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