En la entrada anterior estuve narrando la historia de los vasos rotos y me tomé el atrevimiento de comparar nuestra vida y a nosotros mismos con ellos; pues muchas de las #HeridasDelAlma que no han sido curadas nos llevan a lastimar a otros sin darnos cuenta… así mismo lo hacen los vasos rotos (Te invito a leer la entrada)
Concluí el tema hablando del mejor medicamento para las heridas llamado el PERDÓN, ese que nos lleva, después de un proceso, a vivir y amar sanamente y lo más importante, a ser verdaderos lenguajes de #amor.
Hoy quiero retomar el tema pero desde una perspectiva diferente. Nuestro corazón es tan engañoso que muchas veces no podemos ser felices porque no hemos olvidado y soltado los errores del pasado, esos que nos impiden ajustar un poco el lente y mirar un panorama más amplio.
¿Has tenido días en donde tus pensamientos hacia ti solo son negativos?
¿Días en los que te miras al espejo y solo encuentras defectos?
¿Días en donde estas enojad@ contigo mism@ por algo que hiciste, hablaste o tal vez dejaste de hacer?
A esos días les llamo días microscopio. Días en donde te ves tan insignificante, que un solo un pensamiento te pueden llevar a desaparecer totalmente del planeta.
Hoy quiero abrir mi corazón y confesar que los he tenido, no varias ni muchas veces, sino millones de millones de veces. Por mucho tiempo luché con pensamientos destructivos y de autocrítica constantes, juicios que me iban alejando de mi #identidad y que cada vez me acercaban a temores, rechazos y conflictos de #identidad.
El sentirme menos por no tener el “mejor cuerpo o el cuerpo ideal”, el comer y comer para camuflar un vacío o miedo a la soledad, y esconderme detrás de ropa ancha y oscura por temor a que me dijeran “a las gorditas solo las quiere la mamá”, fueron situaciones que me hirieron, pero la única que podía decidir aceptarlas y creerlas era yo, y al aceptarlas se convirtieron en una culpa constante que no permitía perdonarme por ser: “rellenita”, “incapaz” , “miedosa”, “infeliz” , “hija de padres separados” y una lista de etiquetas más.
Por mucho tiempo me conformé con vivir una historia distorsionada y alejada a la original, toda esa falta de #perdón me llenó de temores e inseguridades que no me permitían expresar y experimentar el #LenguajeDeAmor que había en mi.
Me cansé de cargar con esto, estaba disfrazada de una personalidad que no me pertenecía y mi única alternativa fue el PERDÓN, pero el perdón a mi misma, por haber juzgado tantas veces lo que era y por condenar mis actos y mi falta de #AmorPropio.
Pero llegó el momento en el que dejé el microscopio atrás y miré con los lentes bifocales, esos que me regaló Jesús cuando me enseñó que hace cientos de años en una ocasión ÉL le dijo a una mujer “Vete y no peques más” no le pidió explicaciones sobre su error, no la criticó, no la avergonzó delante de las personas y mucho menos le recordó su pasado.
Aprendí que la palabra “vete” significaba movimiento, levantarse, caminar, cambiar de vida, seguir soñando, seguir trabajando y tomar decisiones.
Esta es la única verdad y esta verdad que viene de #Jesús nos hace libres y produce confianza; en los demás y en NOSOTROS MISMOS.
La falta de #perdón hacia otros e incluso a hacia nosotros conduce a la amargura, a la muerte emocional, espiritual y finalmente a la física. Ya no existen sonrisas en nuestros rostros, buenos momentos, nuestro corazón se endurece, no creemos en los demás, desconfiamos de todo y caemos en enfermedades mentales y físicas como la depresión, el doble animo, falta de apetito, estrés, dolores de cabeza, ataques de pánico entre otras, cuya cura no viene en frascos o pastillas, sino que viene del corazón y de una decisión llamada PERDÓN.
Hoy es día de soltar ese error del pasado que no te deja avanzar y recordar las palabras de aquél que un día dijo: “vete y no lo haga más”. Decide salir de ese lugar en donde te estancaste, cambia, #perdona y determina que los actos del ayer te afectarán más.
Te prometo que en este #blog no escribiré algo que no haya vivido y superado; por eso hoy te puedo decir que mi vida comenzó a cambiar cuando conocí que el #PerfectoAmor, el infinito amor, el tierno amor de aquél que me decía “Vete y no peques más, no lo hagas más, no lo pienses más”, se llevó mis miedos y mis palabras de auto condenación y a cambio de eso, me dio días con nuevas oportunidades y la verdadera historia que había sido escrita para ser vivida aquí en la tierra.
Eres un lenguaje de amor, esto es lo que debes creer y sellar en tu corazón a partir de este momento. Amate a ti primero y así podrás amar a los